Los estudios universitarios desarrollados en las últimas décadas demuestran una mayor tendencia de las mujeres a resultar heridas en un siniestro vial en igualdad de condiciones

Numerosos estudios universitarios y de ingeniería realizados en los últimos 15 años han demostrado científicamente que las mujeres están infrarrepresentadas en los estudios sobre seguridad vial que se han realizado a lo largo de la historia del automóvil mediante crash tests. Estos ensayos de choque han utilizado desde la década de los 50 dummies (maniquíes) que se han basado en características antropométricas masculinas, con una estructura interna y de resistencia que no se corresponden a los patrones de comportamiento del cuerpo de una mujer.

Así, un estudio desarrollado en 2011 en la Universidad de Virgina por Dipan Bose, demuestra que, aunque los hombres son más propensos que las mujeres a verse involucrados en un accidente de tráfico (un 33% más propensos), cuando comparamos en igualdad de cifras qué pasa con las mujeres y los hombres que se ven implicados en un siniestro vial en el que ambos llevan puesto y correctamente abrochado el cinturón de seguridad, las cifras son reveladoras:

  • la probabilidad de que una persona implicada en un accidente automovilístico con el cinturón de seguridad correctamente abrochado sufra lesiones graves (MAIS[i] 3+) es un 47% más elevada para las mujeres.
  • las mujeres tienen un 71% más de posibilidades de sufrir lesiones moderadas (MAIS 2+) en un siniestro vial en el que llevaban el cinturón de seguridad correctamente abrochado.
  • en caso de accidente de tráfico con el cinturón de seguridad correctamente abrochado, las mujeres tienen un 17% más de posibilidades de morir.

Perspectiva histórica de la infraprotección de las mujeres en los ensayos sobre seguridad vial

La utilización de los dummies para mejorar la eficiencia de los dispositivos de seguridad de los vehículos empezó a utilizarse en Estados Unidos a mediados de los años 50. Después de que en 1949 Samuel W. Anderson desarrollara el primer modelo de dummy moderno, para medir la fiabilidad de los asientos eyectores de los aviones del ejército estadounidense (el Sierra Sam), la industria automovilística se interesó por las posibilidades que daría en seguridad vial la realización de ensayos y pruebas con este tipo de maniquíes. Así, Anderson produjo la serie VIP-50 para General Motors y Ford, para comprobar la fiabilidad de uno de los sistemas de seguridad pasiva más importantes introducidos en los automóviles en la década de los 50: el cinturón de seguridad.

Poco a poco irían apareciendo nuevos modelos de dummies. Así, General Motors decidió seguir investigando para desarrollar un maniquí más duradero y efectivo, y el año 1971 presentaba el Hybrid I. El Hybrid I era un dummy masculino de percentil 50 que presentaba las características medias de un conductor hombre adulto en cuanto a proporciones, altura y masa. Habría que esperar al Hybrid III (1976), un modelo con mayor biofidelidad y más posibilidades de medición, para que apareciese una variable del dummy versión infantil (de 3 a 6 años) y una variable femenina de percentil 5 (ya en los años 80).  

No obstante, hay que tener en cuenta que este maniquí femenino Hybrid III de percentil 5 era más pequeño que el 95% de la población femenina adulta. No se consideró necesario construir un dummy de percentil promedio, dado el elevado coste de estos maniquíes; aunque si existe un percentil promedio y un percentil 95 masculino.

Si bien es cierto que el Hybrid III femenino de percentil 5 se incorporó de inmediato en las pruebas de choque frontal dentro de la industria automotriz, la NHTSA (National Highway Traffic Safety Administration) no lo incluyó en las regulaciones de seguridad de Estados Unidos hasta el año 2000. Por lo que a Europa se refiere, no es hasta el año 2011 que las normativas automovilísticas de los diferentes países empiezan a obligar al uso de maniquíes femeninos en las pruebas de choque.

¿Ahora que existen prototipos de dummies femeninos, existe igualdad en la consideración de hombres y mujeres en los estudios de prevención de accidentes de tráfico?

Para responder a esta pregunta, lo primero que hemos que tener en cuenta es que el dummy femenino es en realidad un dummy masculino adaptado a la escala femenina. Sin embargo, además de en la escala, las mujeres difieren de los hombres en distribución de masa muscular, densidad ósea, diferente espacio entre vértebras… En consecuencia, podemos afirmar que los dummies masculinos son más biofieles que los femeninos en los crash tests, entendiendo la biofidelidad como el grado en el que estos maniquíes son capaces de representar el comportamiento real de los seres humanos a la hora de medir las deformaciones, aceleraciones y fuerzas que sufrirían en caso de choque.

Por otro lado, es también importante señalar que, aunque se utilizan ya maniquíes femeninos en los crash tests, los sistemas de seguridad estándares para ocupantes adultos se diseñan con un enfoque que se basa principalmente en las características de la población masculina. Es decir, cuando se diseñan dispositivos de seguridad que parten de una posición correcta del conductor, parten siempre de un conductor tipo que se ajusta más al cuerpo de un conductor masculino. En tanto que la media del cuerpo femenino es de escala inferior y, por tanto, el promedio de las mujeres se han de sentar más cerca del volante y del salpicadero para llegar a los pedales, la postura que estas adoptan a la hora de conducir no se ajusta al estándar tomado como referencia de posición de conducción correcta.

¿Cómo afecta esta infravaloración de las mujeres en los estudios sobre seguridad vial a las conductoras reales?

Consecuencias en las colisiones frontales

En tanto que, como acabamos de decir, la postura de las mujeres al volante difiere de la postura considerada estándar diseñada en base a parámetros masculinos, se produce un mayor porcentaje de lesiones a la altura del pecho para las conductoras mujeres implicadas en este tipo de siniestros viales.

Un estudio desarrollado en 2019 por Jason Forman (et al.) demuestra que  en las colisiones frontales con cinturón, las mujeres corren un mayor riesgo de lesiones AIS[ii] 2+ y AIS 3+ en comparación con los hombres.

 

Además, el mayor riesgo de sufrir lesiones en función del sexo afecta a las extremidades inferiores. Las mujeres presentan más peligro, incluso después de ajustar los parámetros para la edad, peso e índice de masa corporal. Esto sugiere que el sexo en sí mismo tiene un efecto en la tolerancia a las lesiones. Los factores biomecánicos que pueden contribuir a estas diferencias pueden ser: la densidad mineral de los huesos, diferencias en las propiedades materiales de los huesos y de los ligamentos y diferencias en la geometría de los ligamentos.

 

Consecuencias en las colisiones por alcance

Las diferencias de anatomía y de resistencia muscular entre hombres y mujeres determina que los daños de latigazo cervical o whiplash sean menores en los hombres después de una colisión por alcance. El reposacabezas de los automóviles modernos, diseñado tomando como referencia parámetros masculinos, es demasiado firme para las mujeres.

Sin embargo, y a pesar de conocerse estos datos, los crash tests todavía no utilizan dummies femeninos de percentil 50 en las pruebas que simulan las colisiones por alcance. Es posible que sea porque el riesgo de lesiones mortales o muy graves en colisiones por alcance es relativamente bajo; o es posible que la causa sea el elevado coste de los dummies. Sea como fuere, la realidad es que las mujeres son mucho más propensas a sufrir lesiones de latigazo cervical en este tipo de siniestros.

Los asientos de automóvil de hoy son demasiado firmes para proteger a las mujeres contra las lesiones por whiplash causadas por colisiones traseras. Se han realizado en Suecia pruebas de colisión traseras con personas reales vivas a velocidades lentas que demuestran que las mujeres son arrojadas hacia adelante más rápido que los hombres y que están sujetas a una mayor aceleración, porque el respaldo del asiento del automóvil es poco flexible y menos propenso a ceder ante un cuerpo más liviano, tal y como afirma Anna Carlsson.

 

Consecuencias en colisiones laterales

Para los impactos laterales se utiliza un tipo de dummy específico que es conocido como SID II y existe también un prototipo femenido de percentil 5. En el caso de las mujeres, y debido a una estatura promedio menor a la de los conductores hombres, existe un riesgo mayor de lesiones en la cabeza por la intrusión de otro vehículo ante una colisión de impacto lateral.

¿Tienen en cuenta los crash test femeninos a las mujeres embarazadas?

Según una investigación del Dr. Harold Weiss publicada en el Journal of the American Medical Association, los accidentes automovilísticos son la principal causa de muerte por lesiones en bebés no nacidos. Si bien ha habido algunos experimentos para crear un dummy  que simule a una mujer al final del embarazo, no se ha construido con éxito.

Sin embargo los ingenieros de seguridad de Volvo, en el marco de la iniciativa EVA han estado trabajando en un maniquí virtual llamado Linda, que simula estar en la semana 36 de embarazo. Es muy complejo construir un modelo físico con tantos detalles y precisión en la respuesta del tejido humano como los que permite un maniquí virtual y, si se hiciese con tanto realismo, es posible que se destruyese después de una primera prueba de choque (lo cual lo hace económicamente inviable). Al usar un modelo virtual, el modelo se puede ampliar o reducir fácilmente para simular mujeres de diferentes tamaños, por lo cual su uso es mucho más práctico.

 

En un accidente real, el tórax y la pelvis de una mujer embarazada están sujetos por el cinturón de seguridad, pero el abdomen de la embarazada puede moverse libremente como resultado del impacto. En consecuencia, se producen lesiones del feto por desprendimiento de placenta o, en casos más raros, por la lesión del feto por impacto con los huesos pélvicos de la madre o con el interior del automóvil. Los investigadores de Volvo están estudiando cómo se mueve el cinturón de seguridad; la influencia del cinturón de seguridad, el airbag y el volante en el útero, la placenta y el feto; y cómo se mueve el bebé en relación con el cuerpo de la madre. Las investigaciones en este ámbito son todavía pioneras y están en una primera fase.

 

Conclusiones

Para hacer frente a las cifras reales que evidencian que existe un mayor número de lesiones para las mujeres implicadas en un accidente de tráfico, es necesario implementar cambios de diseño en los tests que incluyan las diferencias de propiedades biomecánicas de cada sexo, así como también sus propiedades antropométricas.  Pensamos que ayudaría a reducir estas diferencias un cambio de normativa que obligase a los fabricantes de vehículos a ser sexualmente inclusivos en sus comprobaciones y ensayos, en tanto que las mujeres quedan actualmente desprotegidas en este sentido. El elevado coste de los dummies hace difícil que, sin un cambio de normativa, los fabricantes aumenten la inversión en dummies femeninos. Sin embargo, la simulación con maniquíes virtuales como la adoptada por Volvo abre un nuevo campo de posibilidades económicamente más asumibles.

 

Ainhoa M. Muguruza

 

Fuentes consultadas 

Bose, D; Segui-Gómez, M; Crandall Jr (2011) Vulnerability of female drivers involved in motor vehicle crashes: an analysis of US population at risk. Disponible online en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22021321

 

Carlsson, Anna (2012), Addressing Female Whiplash Injury Protection – A Step Towards 50th Percentile Female Rear Impact Occupant Mode. Disponible online en: https://www.researchgate.net/publication/233864299_Addressing_Female_Whiplash_Injury_Protection_-_A_Step_Towards_50th_Percentile_Female_Rear_Impact_Occupant_Mode

 

Catherine J. Vladutiu MPH, Harold B. Weiss, PhD, MS, MPH. (2011). Motor Vehicle Safety During Pregnancy. Disponible online en: https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1559827611421304

 

Criado Pérez, C (2019). Invisinble women. Exposing data bias in a world designed for men. Vintage Publishing

 

Jason Forman, Gerald S. Poplin, C. Greg Shaw, Timothy L. McMurry, Kristin Schmidt, Joseph Ash & Cecilia Sunnevang (2019) Automobile injury trends in the contemporary fleet: Belted occupants in frontal collisions, Traffic Injury Prevention. Disponible en: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/15389588.2019.1630825?nav=Funding

 

Kahane, C. J. (2013, May). Injury vulnerability and effectiveness of occupant protection technologies for older occupants and women. (Report No. DOT HS 811 766). Washington, DC: National Highway Traffic Safety Administration. Disponible en: https://www.tandfonline.com/doi/pdf/10.1080/15389588.2019.1630825?needAccess=true&

 

Linder, A (2017), Average male and female virtual dummy model (BioRID and EvaRID) simulations with two seat concepts in the Euro NCAP low severity rear impact test configuration. Dispoible online en https://www.researchgate.net/publication/317583294_Average_male_and_female_virtual_dummy_model_BioRID_and_EvaRID_simulations_with_two_seat_concepts_in_the_Euro_NCAP_low_severity_rear_impact_test_configuration

 

—————————————-

[i] MAIS: Maximum Abbreviated Injury Scale

[ii] AIS: Abbreviated Injury Scale