¿Qué es una glorieta según el Código de Tráfico y Seguridad vial en España?
Las glorietas son un tipo especial de intersección, giratoria, en la que se rompe la regla general de prioridad de la derecha en favor de quienes circulan ya dentro de dicha glorieta o rotonda.
El Texto refundido Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial define las Glorietas en su Anexo 1 del siguiente modo:
“Tipo especial de intersección caracterizado por que los tramos que en él confluyen se comunican a través de un anillo en el que se establece una circulación rotatoria alrededor de una isleta central. No son glorietas propiamente dichas las denominadas glorietas partidas en las que dos tramos, generalmente opuestos, se conectan directamente a través de la isleta central, por lo que el tráfico pasa de uno a otro y no la rodea.”
¿Qué nos dice el Código de Tráfico y Seguridad vial y el Reglamento General de Circulación sobre preferencias de paso y cómo circular en glorietas?
La preferencia de paso en una glorieta viene regulada en la Sección 3ª del ya citado Texto Refundido de la Ley de tráfico, que en su artículo 23 define la preferencia de paso en las intersecciones del siguiente modo:
“1. La preferencia de paso en las intersecciones se ajustará a la señalización que la regule.
- En defecto de señal, el conductor está obligado a ceder el paso a los vehículos que se aproximen por su derecha, salvo en los siguientes supuestos:
(…)
- c) Los que se hallen dentro de las glorietas sobre los que pretendan acceder a ellas.
- Reglamentariamente se podrán establecer otras excepciones.”
Además, es importante recoger también lo que nos dice el Reglamento General de Circulación, que en su Sección 5ª especifica lo siguiente:
“Artículo 43. Sentido de la circulación.
- Cuando en la vía existan refugios, isletas o dispositivos de guía, se circulará por la parte de la calzada que quede a la derecha de éstos, en el sentido de la marcha, salvo cuando estén situados en una vía de sentido único o dentro de la parte correspondiente a un solo sentido de circulación, en cuyo caso podrá hacerse por cualquiera de los dos lados (artículo 17 del texto articulado).
- En las plazas, glorietas y encuentros de vías los vehículos circularán dejando a su izquierda el centro de aquéllas.
- Los supuestos de circulación en sentido contrario al estipulado tendrán la consideración de infracciones muy graves, aunque no existan refugios, isletas o dispositivos de vía, conforme se prevé en el artículo 65.5.f) del texto articulado.
Artículo 46. Moderación de la velocidad. Casos
- Se circulará a velocidad moderada y, si fuera preciso, se detendrá el vehículo cuando las circunstancias lo exijan, especialmente en los casos siguientes:
- h) Al aproximarse a pasos a nivel, a glorietas e intersecciones en que no se goce de prioridad, a lugares de reducida visibilidad o a estrechamientos.
Artículo 57. Intersecciones sin señalizar.
- En defecto de señal que regule la preferencia de paso, el conductor está obligado a cederlo a los vehículos que se aproximen por su derecha, salvo en los siguientes supuestos:
(…)
- c) En las glorietas, los que se hallen dentro de la vía circular tendrán preferencia de paso sobre los que pretendan acceder a aquéllas (artículo 21.2 del texto articulado).
(…)
Artículo 124. Pasos para peatones y cruce de calzadas.
(…)
- Los peatones no podrán atravesar las plazas y glorietas por su calzada, por lo que deberán rodearlas.
(…)”.
Si la circulación y la prioridad de paso en las glorietas está regulada, ¿por qué nos cuesta tanto circular correctamente por ellas?
A pesar de que la preferencia y cómo circular en rotondas está regulado, existen numerosos estudios que nos demuestran que a los conductores les cuesta entender qué carril usar en una glorieta y quién tiene preferencia de entrada y de salida en las mismas, por lo que vamos a intentar sistematizarlo:
Preferencia de paso y preferencia de circulación
Aunque existen una gran variedad de diseños de glorietas, según la DGT, en todas han de tenerse en cuenta los mismos principios:
- si no existen señales indicativas que indiquen lo contrario, siempre tiene preferencia el vehículo que está circulando dentro de la rotonda, los vehículos que van a incorporarse a ella han de ceder el paso a los vehículos que ya están dentro
- una vez dentro de la glorieta, tiene preferencia el vehículo que está ocupando un carril respecto al que va a acceder a él
- se ha de escoger el carril que consideremos más adecuado en función de la salida que vayamos a tomar (si queremos hacer, por ejemplo, un cambio de sentido, nos deberíamos de situar en el carril de la izquierda, para facilitar la circulación a los conductores que han de tomar salidas anteriores a nuestro cambio de sentido)
- para salir de la glorieta es imprescindible situarse en el carril exterior
- si no nos ha dado tiempo de situarnos en el carril exterior para salir de la rotonda tendremos que dar un nuevo giro
¿Cuándo y cómo hay que usar el intermitente en las rotondas?
Una vez dentro de la rotonda solo hemos de utilizar el intermitente para señalizar los cambios de carril o la salida. Un error habitual que no debe cometerse es mantener encendido el intermitente izquierdo para indicar que continuamos dando la vuelta a la rotonda.
- Antes de incorporarnos a la glorieta solo debemos señalizar si vamos a tomar la primera salida. Para ello podremos el intermitente a la derecha.
- Solo utilizaremos el intermitente izquierdo para indicar que vamos a efectuar un cambio de carril a la izquierda.
- Utilizaremos el intermitente derecho para indicar que vamos a tomar la salida siguiente. Lo correcto es no encender el intermitente antes de haber sobrepasado el eje longitudinal de la anterior salida, para evitar que el resto de los conductores malinterpreten cuándo vamos a salir.
Incorporación a las glorietas de vehículos pesados o autobuses
Cuando circulamos por una rotonda y vemos que se incorpora a ella un vehículo pesado o un autobús, hemos de tener en cuenta que necesitan más espacio para maniobrar y para entrar o salir de la rotonda. En el caso de que el conductor de un camión o autobús deba abrirse a la izquierda antes de entrar en una rotonda o deba invadir un segundo carril para no subirse al bordillo, deberá de respetar la prioridad de los conductores que ya están en el carril que necesita ocupar. En este caso deberá indicar primero con el intermitente izquierdo la necesidad de abrirse a la izquierda y, después, con el derecho, el cambio de dirección a la derecha.
Incorporación a las glorietas de ciclistas en grupo
Cuando un grupo de ciclistas se incorpora a una rotonda lo hemos de considerar como si todo el grupo fuese un vehículo único. El primer ciclista sería la parte delantera del vehículo y, el último, la trasera. Así, cuando el primer ciclista del grupo haya entrado en un cruce o haya iniciado un desplazamiento, todo el grupo tendrá prioridad respecto al resto de vehículos para acabar de entrar o de desplazarse en la glorieta.
Los errores más comunes en rotondas y los siniestros viales
Según un estudio desarrollado por Formaster (Asociación Profesional de Empresas Formadoras en Seguridad Vial) con datos de 2015, las rotondas son el lugar en el que se producen 7 de cada 100 accidentes en España. La investigación mencionada concluía que en España se producían al año 33.978 accidentes en una intersección, de los cuales el 20,16% se producían en rotondas.
Si además centramos la atención en carreteras interurbanas, la cifra aumentaba al 29,3%, básicamente a causa del exceso de velocidad de los coches que circulan sin tener tiempo de frenar cuando se dan cuenta que llegan a una rotonda. Además, el estudio concluía que el 10% de los accidentes mortales en una intersección se daban en rotondas, con el dato de 2 muertos al mes en las mismas.
Pero… si en principio sólo tenemos que recordar la prioridad de quienes ya están dentro de la rotonda a la hora de incorporarnos y la prioridad de quienes circulan por la derecha una vez centro de la glorieta, ¿cuáles son los errores más comunes?
Los errores más comunes, según dicho estudio, son:
- el 60% de los conductores españoles usa el intermitente mal en una rotonda
- más del 50% de los conductores no usan el intermitente para indicar que van a tomar la salida
- un 30% de los conductores pone el intermitente a la izquierda para avisar que no salen en la siguiente salida y cambian inmediatamente el intermitente cuando van a salir
Un poco de historia
Si nos cuesta tanto entender cómo se circula por una rotonda, ¿por qué son tan comunes? ¿Cuándo se crearon y con qué fin?
El origen de las rotondas[1] hay que buscarlo en los problemas de saturación del tráfico que ya se daban en las intersecciones en las ciudades europeas a finales del siglo XIX (vehículos de tracción animal, coches públicos, automóviles, velocípedos…). Cuando la intersección llegaba al límite de su capacidad o había algún accidente, los atascos se extendían a las vías afluentes a la intersección. Por este motivo, las autoridades de las grandes ciudades europeas empezaron a buscar soluciones, aunque no sería hasta el año 1906 cuando el arquitecto Eugène Hénard propondría la primera rotonda factible, que llegaría a construirse en 2 plazas de París.
En su estudio sobre las rotondas urbanas, Víctor Darder, explica como Eugène Hénard consideraba que los problemas en las intersecciones los causaban los puntos de conflicto entre trayectorias, y que la solución pasaba por suprimir o reducir al máximo dichos puntos de conflicto. Para evitar dichos puntos de conflicto decidió obligar a los conductores a rodear un obstáculo realizando una trayectoria circular en la que los conductores solo pudiesen ejectuar maniobras de entrada y de salida de la fila, girando todos en el mismo sentido. Hénard ya propuso entonces instalar un sistema de iluminación en el centro de la intersección circular, reforzado con carteles en forma de flecha que especificaban la dirección a seguir. Dicha rotonda, concebida hace más de 100 años, ya contenía los mismos elementos básicos que las rotondas actuales: calzada anular en torno a un islote inaccesible e isletas triangulares para reconducir la circulación de los vehículos que entran, para reforzar la obligación de sentido único de giro y para ofrecer un refugio a los peatones que pretenden cruzar alguna vía en un punto cercano a la intersección.
La norma de prioridad de acceso a las rotondas: cambios desde principios de siglo hasta nuestros días
Después de instalar en 1907 en París dos intersecciones giratorias de sentido único (Plaza de l’Étoile, en torno al Arco de Triunfo; y Plaza de la Nación) basadas en el diseño de Hénard, las rotondas tardarían 18 años en llegar a Gran Bretaña, para generalizarse su uso en las colonias inglesas entre 1920 y 1930. Aunque en un principio en las rotondas inglesas no existía ninguna reglamentación que regulase la prioridad, después de la Segunda Guerra Mundial se produjo un aumento considerable de la circulación, que generaba problemas en las rotondas en hora punta. Entonces, se estableció la norma de prioridad a la izquierda (a la derecha en el resto de los países), la cual se mantuvo hasta 1966.
Cuando regía esta norma de prioridad a la izquierda en Gran Bretaña (y a la derecha en el resto de países), se daba el siguiente problema: los vehículos que entraban a la rotonda se acercaban a ella a una velocidad superior a la de los vehículos que ya estaban dentro del anillo. Esto obligaba a los segundos a disminuir la velocidad o incluso a detenerse, provocando colas que, en algunos casos, llegaban a detener el movimiento de vehículos.
La mejor solución para este problema se gestó entre 1950 y 1960, cuando los ingenieros ingleses empezaron a hacer pruebas cambiando la prioridad en las rotondas, las cuales dieron resultados mucho más satisfactorios para evitar colapsos. En consecuencia, en 1966 entraba en vigor el nuevo sistema de prioridad en las glorietas en Gran Bretaña y, en paralelo, se producían algunos cambios en el diseño de las mismas (disminuían los diámetros de las rotondas, los islotes se hacían más pequeños y las entradas y salidas se abocinaban).
A pesar de los buenos resultados que se obtuvieron de los cambios de prioridad en Gran Bretaña, el cambio de prioridad tardaría en llegar al resto de Europa y en España no se impondría hasta 1990.
La implantación de las glorietas en España
Mientras en Europa proliferaba la implantación de rotondas, en España no tuvieron repercusión hasta la segunda mitad de la década de los 70: la escasa presencia de rotondas que encontramos hasta 1975 son adecuaciones de intersecciones urbanas que ya disponían a priori de un obstáculo central, monumento o plaza que hacía obligatorio el sentido giratorio. La primera glorieta española regida por la prioridad del anillo se construyó en Palmanova (Mallorca), ya en 1976.
Elementos imprescindibles de una rotonda
El modo de utilización de las glorietas y los elementos que las componen responden a su geometría, a la regla de prioridad del anillo, y a la necesidad de flexibilizar itinerarios y de dar a los conductores la posibilidad de corrección de errores.
Anillo de circulación
Es la zona comprendida entre el diámetro exterior de la rotonda y el islote central, generalmente asfaltada y también llamada calzada anular. Recoge el tráfico que entra en la intersección y lo reconduce hacia las salidas, obligando a los conductores a circular en sentido único hasta que salen del anillo. Esta calzada anular debe ser suficientemente ancha para recibir el tráfico de la entrada de mayor capacidad, por lo que debería de tener, como mínimo, el mismo número de carriles que los que llegan por la vía más ancha.
Islote central
Es la zona situada en el interior del anillo de circulación y puede ser circular o elíptica. Constituye un obstáculo que encuentran los conductores cuando se aproximan a la rotonda, el cual les obliga a cambiar forzosamente la trayectoria.
En algunos casos, este islote central dispone de una corona exterior que es circulable para los vehículos pesados más largos. Esta corona exterior permite a dichos vehículos ejecutar maniobras de circulación giratoria con normalidad, para la cual les faltaría espacio sin esta corona.
Entradas y salidas
El tratamiento geométrico de las entradas es diferente al de las salidas en las rotondas. La entrada es la zona de la vía que desemboca en la intersección y que está separada de la misma por la línea de Ceda el paso. La entrada a las glorietas se curva con radios pequeños (20-30 metros), para que los conductores que llegan a ella se vean obligados a reducir la velocidad. En cambio, en las salidas se pretende que la maniobra sea lo más rápida posible, por lo que el radio y los carriles de las salidas son más amplios.
Isletas deflectoras
Se sitúan en el punto de unión de los ramales de las rotondas, acostumbran a tener forma triangular y separan los dos sentidos de circulación del ramal. Las funciones de estas isletas son: señalar la proximidad de la rotonda, inducir a la reducción de velocidad, crear una separación entre una entrada y la salida anterior, dar refugio para el cruce de peatones y para la ubicación de señalización.
Señalización y balizamiento
Su finalidad es advertir de la proximidad de la rotonda, de las condiciones extraordinarias o de prioridad que rigen, y las de orientar sobre posibles destinos o direcciones. Es deseable que estas señales, tanto en planta como en alzado, garanticen una correcta percepción por parte de todos los usuarios de la glorieta.
Podemos encontrarnos con la señal S-200, de preseñalización de glorieta; la señal P-4, que advierte del peligro ante la presencia de una intersección giratoria en el sentido que indican las felchas; la R-402, que indica el sentido obligatorio del giro; la R-1, que se encarga de recordarnos la necesidad de ceder el paso…
Alumbrado
Es uno de los elementos que es importante que esté bien concebido en una rotonda, en tanto que está íntimamente vinculado a la seguridad de los usuarios. Debe garantizar una buena visibilidad nocturna tanto en la calzada anular como en las entradas y salidas. En su estudio sobre las rotondas, David Gallardo señala los inconvenientes de las glorietas sin alumbrado púbico en las zonas urbanas iluminadas. Gallardo señala que, en estos casos, los conductores que se aproximan a las glorietas no pueden distinguirlas al tener como fondo la zona urbana iluminada.
Para mejorar la seguridad vial, es recomendable alumbrar el perímetro exterior de la rotonda, aunque hay casos concretos en los que puede ser necesario instalar el alumbrado en el islote central.
Nuevos diseños de rotondas ante el mal uso de los usuarios
Ya hemos comentado en puntos anteriores el desconocimiento de los usuarios de las rotondas sobre cómo han de circular, sobre cuándo poner el intermitente y sobre la necesidad de desplazarse siempre al carril derecho para acceder a una salida. El error frecuente de abandonar la rotonda desde un carril que no es el exterior provoca colisiones y conflictos, que ha incentivado la concepción de nuevos modelos de rotondas que pretenden minimizar los errores.
La tuborrotondas
La carácterística principal de las turborrotondas es que impiden el movimiento entre carriles una vez entramos en la glorieta. En este tipo de glorietas no existe propiamente el “carril exterior” o el “carril interior” y encontramos líneas contínuas que nos impiden cambiar de carril una vez hemos escogido uno, de manera que se minimizan las posibilidades de accidente de tráfico por colisión lateral.
Por lo tanto, se ha de estar muy atento a la hora de incorporarse a una turborrotonda, ya que el carril que elijamos es el que determinará la salida que podamos escoger (no hay posibilidad posterior de cambio de carril). Para que esto sea posible, los conductores han de disponer de señalización adecuada con tiempo suficiente. Se recomienda que estas señales sean visibles para los usuarios al menos a 400 metros de la turborrotonda, con recordatorios a medida que nos vamos acercando a ella.
La primera turborrotonda que se instaló en España se instaló en Grado (Asturias) en 2009; sin embargo, son un invento de hace más de dos décadas. La primera turborrotonda se instaló en Holanda en 1996.
Rotondas inteligentes
Carlos Escrich, perito judicial y experto en seguridad vial ha propuesto recientemente un nuevo modelo de rotonda, las llamadas rotondas inteligentes (R.I.), la primera de las cuales se instaló en Puçol (Valencia) en junio de 2018.
Las rotondas inteligentes basan su funcionamiento en la señalización de la calzada. que indica por donde se puede circular y cuando se debe cambiar de carril. Estas señalizaciones guían al conductor impidiendo que se tomen las rotondas “rectas” y a una velocidad excesiva.
Las reglas básicas son las siguientes:
- Para tomar la primera salida debemos acceder a esta rotonda por el carril exterior, dejando la línea continua a la izquierda. La línea continua nos obliga a seguir circulando hacia la derecha o a llegar a la zona con línea discontinua, para poder seguir hacia la siguiente salida
- Para tomar la segunda salida debemos acceder a esta rotonda por el carril central y volver a salir por el derecho antes de llegar a la línea continua.
- Para hacer el cambio de sentido debemos realizar la misma maniobra que para tomar la segunda salida, pero continuando por el carril interior.
En las rotondas inteligentes con varios carriles de acceso lo que varía es que podremos tomar la primera salida desde los carriles situados más a la derecha, pero el resto del funcionamiento es el mismo.
La diferencia principal de estas rotondas inteligentes respecto a las turborrotondas, según Escrich es las R.I. obligan a salir desde el carril exterior y que se hacen prácticas las rotondas con dos carriles de salida, “ya que el vehículo que circula por el carril interior también puede salir de la rotonda sin peligro de colisión, en paralelo al vehículo que circula por el carril exterior”.
Ainhoa M. Muguruza
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[1] Darder Gallardo, Víctor. Funciones de las rotondas urbanas y requerimientos urbanísticos de organización. Universitat Politècnica de Catalunya. Disponible en: https://upcommons.upc.edu/bitstream/handle/2099.1/3375/36814-5.pdf?sequence=5&isAllowed=y
5 comentarios
Gracias a IPSUM y a Ainoha por vuestro artículo.
Un código saludo.
Gracias a IPSUM y a Ainoha por vuestro artículo.
Un cordial saludo.
¡Gracias a ti por leernos!
Todo lo que ocurre con las dudas de cómo circular por las gloritas se debe a un error de diseño de los carriles. cuando en los años sesenta del pasado siglo apareció el concepto de carril en el antiguo Código de Circulación: «Franja longitudinal,,,» los técnico de tráfico lo interpretaron a la perfección en todos los viales, menos a la hora de diseñarlos en las glorietas. Ahí no supieron qué hacer y, en principio, no pintaron nada. Pero en un momento dado, a alguien, que posiblemente no sabía conducir, se le ocurrió pintar círculos concéntricos alrededor del elemento central, y a eso les llamó carriles, y, lamentablemente, todo el mundo le siguió, sin preguntarse para que sirven esos círculos que no tienen principio ni fin, ni conducen a ninguna parte.
Ante tal desvarío, el legislador no supo cómo afrontarlo y dotarlo de una norma ad hoc, por lo que cada cual empezó comportarse como mejor Dios le dio a entender y empezaron los líos. Y la propia DGT lo lía más al dar la solución de que solo se puede abandonar una glorieta desde el carril de la derecha, como si todas las glorietas fueran iguales y no cada una hija de su padre y su madre, es decir, todas distintas.
¿Y cómo se soluciona este galimatías? Pues con carriles longitudinales que encaucen el tráfico hacia las salidas, compatibilizando todos los carriles de que disponga cada vial de salida, al estilo A Coruña.
Interesante observación. ¡Gracias por leernos y comentar, Manuel!