Un dictamen pericial a medida no nos hace ningún favor

Especializados en la investigación y reconstrucción de accidentes de tráfico

Un dictamen pericial a medida no nos hace ningún favor

Un dictamen pericial a medida no nos hace ningún favor

Foto: fuente Flickr

 

Es habitual que los abogados o los tramitadores de siniestros insten a los peritos a los que contratan a elaborar informes que defiendan de manera clara el interés de su cliente o asegurado. Es importante que abogados y tramitadores entiendan sin embargo que este hecho, razonable hasta cierto punto desde la postura que ocupan, les acabará jugando en contra si el informe resultante no es riguroso o carece de objetividad.

 

Por este motivo me gustaría hablarles hoy de hasta que punto un informe riguroso y bien elaborado irá siempre a favor de aquellos que lo presentan, ya que ante el juez y la parte contraria les otorgará credibilidad. He visto muchas peritaciones de parte que se esfuerzan en defender lo indefendible con informes que no se sostienen técnicamente y con una falta de rigor científico clamorosa, que luego en sala caen por sí solos. Cualquier abogado contrario con una mínima experiencia, o cualquier juez con un mínimo  de interés, acabará dejando en evidencia a un perito con un informe de este tipo.

 

Así, pretender defender una culpa exclusiva en caso claro de concurrencias, intentando obviar o ocultar aspectos del caso que, aun no siendo favorables a sus intereses, claman por sí solos, únicamente les llevará a perder autoridad en sus argumentos. Llegados a este punto, puede incluso perderse la credibilidad de aquellos argumentos que, de no ser por este tipo de informes poco rigurosos, nadie en la sala pondría en cuestión. Negar la evidencia a toda costa porque no es favorable a los intereses de nuestro cliente no le hace ningún favor, todo lo contrario. El resto de puntos a favor se ven eclipsados por esa falta de objetividad en algunos aspectos concretos. El valor del todo queda desacreditado por la falta de seriedad de algunas de las partes.

 

En estos casos, lo más importante y primordial es tener claro hasta dónde podemos llegar siendo objetivos, valorar qué concurrencia máxima podemos alcanzar en esa situación concreta y, entonces, luchar al cien por cien por esa concurrencia. Utilicemos esos puntos que tenemos a favor y saquémosles el máximo de partido posible y, lo más importante, no neguemos la evidencia. Esto dará mayor credibilidad y objetividad al conjunto del informe, pudiendo de este modo conseguir el mejor resultado para las expectativas reales del caso.

 

Veámoslo mejor con un ejemplo sencillo: nuestro cliente conduce una motocicleta por la carretera nacional y, al llegar a una intersección con prioridad con limitación de velocidad a 50 km/h, un vehículo le sale por su derecha, haciendo caso omiso a la señalización de stop que le afecta. Nuestro cliente colisiona por envestida anterior oblicua, quedando el conductor de la motocicleta a una distancia del punto de colisión del orden de 45 metros y ocasionando daños de consideración en ambos vehículos. En este caso, efectuar un informe que defienda que el motorista circulaba a una velocidad inferior a 50 km/h es un error clamoroso que resta credibilidad al resto del informe, aunque el resto  sea correcto y riguroso. En esta situación, la vía que nos dará el mejor resultado es reconocer un exceso de velocidad mediante un cálculo de mínimos, criticando de manera rigurosa el cálculo de máximos efectuado por la parte contraria. Deberemos poner el máximo énfasis posible en los puntos a favor, que seguro que los tenemos. Apostemos, por ejemplo, por subrayar los siguientes aspectos: el vehículo contrario no respetó la preferencia que asistía al motorista; la velocidad del vehículo contrario en el instante de la colisión es incompatible con una detención del mismo ante la línea de stop; la visibilidad desde la posición de stop permitía ver al motorista a tantos metros, y eso supone tantos segundos antes de la colisión; demostrar mediante un estudio de evitabilidad que, de haber circulado nuestro cliente a 50 km/h, el accidente se hubiera producido de igual modo, únicamente variando el punto donde colisiona contra el turismo, en una zona más central del turismo, lo que también hubiera implicado mayor interacción del motorista con el lateral del turismo y con ellos probablemente lesiones de mayor consideración.

En cualquier accidente de tráfico siempre existen puntos a favor, lo único que hay que hacer es encontrarlos y sacarles el máximo rendimiento mediante un dictamen pericial riguroso.

Un dictamen pericial a medida no nos hace ningún favor.

 

Jordi Rivera Garcia

IPSUM reconstrucción de accidentes de tráfico

 

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